Sabemos que la cosmética hecha en casa está de moda. Cuando buscamos cosmética natural en Youtube, Instagram o Tiktok, nos aparecen cientos de vídeos DIY sobre como hacer tus cosméticos «naturales» en casa. Y es que es muy común confundir la cosmética natural con la fabricada de manera artesanal. Dos conceptos que son muy distintos.
En este post te contamos la diferencia entre la cosmética natural de laboratorio y la cosmética casera y los riesgos que esta última conlleva.
1. Medidas higiénicas, de seguridad y salud
Las medidas higiénicas necesarias para un laboratorio de fabricación de cosméticos no se pueden alcanzar en una cocina. Para formular un cosmético los utensilios utilizados tienen que estar perfectamente desinfectados para evitar contaminaciones, así como el espacio donde se realiza, y la encimera de la cocina no es un sitio precisamente aséptico.
Si visitaras un laboratorio de cosmética por dentro verás que los trabajadores llevan las protecciones reglamentarias como la bata blanca, gafas, guantes, etc. según el proceso con el que estén. Producir cosmética tiene sus peligros porque se trabaja a altas temperaturas, con ingredientes potencialmente peligrosos que pueden dar reacciones inesperadas si no los sabes manejar. Algo tan aparentemente inofensivo como un jabón sólido de manos lleva sosa cáustica que puede ser muy corrosiva en contacto con la piel o los ojos. Si no se trabaja con el debido cuidado, las consecuencias pueden ser terribles.
2. La conservación del cosmético
Las fórmulas más sensibles son las que contienen agua (que son prácticamente todos los líquidos), porque es uno de los elementos de un producto cosmético más susceptibles a la contaminación y es imprescindible saber cómo tratarla y cómo conservarla. La contaminación puede suceder en cualquier momento, cuando creas la fórmula, cuando la pones en el envase definitivo, etc. Por eso en la industria hay controles muy estrictos y ningún producto sale al mercado sin medir la eficacia de sus conservantes. Todos los cosméticos de laboratorio contienen conservantes para que la fórmula del cosmético no se altere en ningun momento. Y vamos a desmitificar algo: ¡NO todos los conservantes son malos!
Un producto mal conservado donde hayan proliferado hongos y bacterias puede ser peligroso para la salud. O, si se ha oxidado algún componente de la fórmula, puede tener un efecto pro-oxidante y acelerar el envejecimiento prematuro de la piel en vez de atrasarlo. Las fórmulas caseras deben ser de usar y tirar para evitar que el cosmético tenga estos efectos negativos en la piel.
3. El PH de los cosméticos y la irritabilidad
Más allá de tu seguridad al crear el producto, también hay que valorar la de la fórmula que acabas de hacer y en la que es fácil que te olvides de algo tan importante como el PH. El cálculo de la dosis de los ingredientes de la fórmula debe de ser muy exacto, ya que algunos pueden ser irritantes y debe de controlarse muy bien su dosificación. Hacer esas mediciones tan exactas en casa puede ser complicado.
La piel tiene una barrera natural que te protege de los agentes externos, mantiene la hidratación, etc. y cuando le aplicas un PH que no le corresponde, se altera y ya no puede hacer su función. El PH de tu piel puede variar dependiendo de la zona que estés tratando y, al hacer tu propia cosmética corres el riesgo de romper su equilibrio y acabar obteniendo el efecto contrario.
Algunos ingredientes como los siguientes, son alterantes del PH e irritantes por lo que no los recomendamos para nada:
Bicarbonato: se utiliza en desodorantes, exfoliantes…Tiene un pH muy alto por lo que es muy irritante.
Zumo de limón: se utiliza como blanqueante, conservante…Tiene un pH extremadamente ácido por lo que puede causar irritación de la piel. Además es fotosensibilizante, por lo que, al exponer la piel a sol podría provocar irritaciones y manchas.
Azúcar: se utiliza sobre todo para hacer exfoliantes. Tiene un grano demasiado grueso por lo que podría causar micro arañazos en la piel.
Alcohol etílico: si no se utiliza en las proporciones adecuadas puede deshidratar la piel.
Miel: muy utilizada por sus propiedades humectantes y calmantes, puede provocar una rápida proliferación de bacterias en la fórmula.
Si te gusta la cosmética natural y ecológica, tenemos la gran suerte de contar con excelentes formuladores y marcas dentro y fuera de España como Nina Priorat que cuentan con todos las medidas de seguridad legales para la fabricación de sus cosméticos ecológicos. Además os seguimos enviando vuestros productos a casa, así que no hay razón para que prescindas de tu cosmético eco favorito. Sabemos que algunas veces la cosmética natural y ecológica puede tener un precio un poco elevado. Pero eso se debe a que se usan ingredientes de altísima calidad y que las fórmulas pasan por un laboratorio que se encarga de que aquello que te pones en la piel sea bueno y saludable.
¿Te ha servido este post? Dejanos tu opinión en los comentarios 🙂
Deja una respuesta